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Supongo que supongo demasiado.

Supongo que nada dura para siempre. Supongo que no te amé demasiado. Supongo que no era suficiente para ti. Supongo que no estabas cómodo conmigo. Supongo que no estuve suficiente tiempo contigo. Supongo que era como las demás, del montón. Supongo que no te conocía lo suficiente. Supongo que no sabía comprenderte. Supongo que no soy lo que quieres. Supongo que no te presté la atención que necesitabas. Supongo que no te dije todos los te amo que tu esperabas. Supongo que no fui la que te hacía sonreír. Supongo que no te parecía lo suficientemente guapa. Supongo que no me comporté contigo lo mejor que pude. Supongo que no supe valorar lo que tenía. Supongo que supongo demasiadas cosas. Pero, sino, ¿por qué me dejaste sola?






Odiamos a quién nos quiere, amamos a quién nos odia.



Los sentimientos son incontrolabres e impredecibles, especialmente aquél que todos dicen haber sentido, pero pocos lo han hecho de verdad. El amor. Me enamoré de ti con tan solo mirarte, antes de conocerte ya sabía que tú serías alguien importante en mi vida. Yo no soy de aquellas personas que cree que el amor verdadero nace con el paso del tiempo, sino que el amor verdadero es aquél que tiene más intensidad, el que lo arrasa todo a su paso.






Pasado medio pisado.


Pasa el tiempo. Te sigo queriendo. Tu recuerdo sigue ahí, clavado en mi corazón como una palabra tallada en una piedra. Tu me enseñaste a amar, a sentir, a imaginar, a volar, a soñar. Me enseñaste el significado de la palabra amor, aprendí que no debía mirar al futuro sino al presente, al día a día. Me prometiste un para siempre.Pero, todas aquellas palabras quedaron destruidas, quemadas por el dolor, tachadas del mapa. Ya no queda nada de lo que tu me enseñaste, absolutamente nada.







Goodbye summer.


Nueva clase, nuevas personas. Nos encontramos con los amigos de siempre, y también con aquella persona tan especial. También es una oportunidad de dejar atrás al pasado, de volverse a enamorar. Aquellas personas con las que nunca has hablado serán muy importantes en tu vida, algunas te defraudarás y otras estarán siempre ahí.



Mi felicidad, es la tuya, mi tristeza, ¿Qué tristeza? Dejó de existir a tu lado.


Se nos quedó corto aquello de querernos. Y es que cada día te quiero más y más y no sé como poder demostrártelo. No eres un príncipe azul, pero eres mi príncipe verde. El ocupante de mi corazón, de mis sueños. Eres mi razón de vivir, pero, aun así, moriría por ti. Tú me has hecho soñar despierta, sentirme como una princesa de aquellos cuentos que nos contaban antes de dormir. Gracias a ti me siento especial, más guapa que nunca. Me siento yo. No quiero pensar en un mañana tampoco en  un ayer, quiero pensar en un hoy y en ti. Sé que no soy la primera, ni la última. Sé que nada es para siempre. Pero quiero que nunca nos arrepintamos de esto, que miremos atrás, sonriamos, y recordemos lo felices que éramos.



Eres tan dulce como el chocolate, y a la vez tan amargo como el limón



Decías que si me marchaba, morirías y ahí estás, como si nada.


Besos y te quieros que quedaron escondidos en el fondo de un cajón junto a una foto de nosotros dos juntos, felices. Recuerdos que vienen a mi mente como balas. Recuerdos que me queman y me matan por dentro. Aun me acuerdo de cuando me decías que me amabas, que me necesitabas, cuando me echabas de menos aún cuando no me había ido, que te hacía sentir especial. ¿Donde han ido a parar todas esas palabras? Al parecer se fueron contigo cuando te marchaste y me dejaste sola, hundida, destrozada. Decías que no querías perderme, que era lo mejor para ti, que si algún día me marchaba, mi ausencia te mataría. Pero, aun así, hoy te veo feliz, tranquilo, como si nada hubiera pasado, como si el pasado hubiera sido borrado.Como si nuestra historia hubiera sido un cuento chino. Como si aquél lugar en el que nos veíamos tantas tardes, nuestro lugar, hubiera sido tachado del mapa. Como si yo, no hubiera existido.




Cada persona es un mundo, y cada mundo es diferente. Con sus opiniones, sus gustos, ect. Pero, sin embargo ahora nos empeñamos, en ser normales, uno más del montón. Para ello queremos ser lo que no somos, aparentar lo que nunca seremos. Nos dejamos llevar por modas que en ocasiones no tienen ni piés ni cabeza. Y todo, ¿por qué? Por ser aceptados esta puta sociedad. ¿Sabes lo que le digo yo a la sociedad? 

QUE OS JODAN.


Capítulo 3.

Bueno este es el final de la introducción, a partir de ahora será la verdaderas historia, me gustaría que me dieseis vuestra opinión de si debería seguir con la historia o no. Gracias y un beso enorme :D
CAPITULO 3 EL GRAN DÍA;

Era viernes, el día anterior del partido. Casi el gran día, casi la final. Todo el mundo daba ánimos a Dani, otras le ofrecían quedar después del partido. Él me llamaba su Gato de la suerte, , como no, lo había sacado de Garfield. Ahora lo tenía claro, él me gustaba y se lo iba a decir después del partido. No sé como reaccionaría pero, tenía que intentarlo.

POR LA TARDE.

-         Muy bien. ¡Pedazo de gol! Jajajajaja- Dije

-         Sí, claro. Lo que pasa es que exageras.- Dijo Dani sacándome la lengua.

-         Es verdad jajajajajaja. A quién voy a engañar te estoy haciendo la pelota.

Dani me sacó el dedo.

-         Bueno, creo que ya estás preparado pequeño saltamontes.

-         Como usted diga mi sensei.

-         Dani se acercó a mí, como el anterior viernes. Estábamos muy cerca. Demasiado diría yo. Podía sentir su aliento.

-         ¡Ah!

Malditos aspersores, nos estábamos empapando.

-         Da igual, así estamos fresquitos.

-         Sí, fresquitos, tú lo que estás es loco.

-         Calla Garfield.

Soltemos una carcajada, Dani me cogió de la mano.

-         ¿Me concedes éste baile?

Bastante roja le dije que sí. Entonces cogió su móvil y de él sonó la canción

"My inmortal, de envanescense."
Aquella fue una tarde mágica.
Amaneció lleno de niebla. Llegó el día. El partido era a las 9:30. MIERDA. Otra vez llegaba tarde eran las 9:10 y el estadio estaba a 15 minutos. Tenía que darme prisa.
-         Mamá no llegamos.

-         Tranquila cariño, tú vístete que llegamos.

Me vestí.

-         Mamá es muy tarde son y 20 no vamos a llegar.

-         Cariño, si vamos por un atajo seguro que llegamos, ya verás.

Entonces se me ocurrió una idea.

-Iré en bicicleta y nos veremos allí.

- De eso nada, no voy a dejar que te vayas por ahí tu sola, ¿Has visto la niebla que hay? No se puede ver nada. Podrías matarte.

-¡Pero mamá!

-De mamá nada, te vas en coche. Sube a ponerte los zapatos.

Entonces no sé como, ni por qué, me puse los zapatos y salí por la ventana. Cogí la bici y fui para allá.

DANI.

¿Dónde estará? No sé si podré ganar si no está,  ella me ha ayudado muchísimo y no se lo he agradecido.

-Hey Dani, llega la hora- Dijo Javier, un compañero.

Salí al campo, estaba lleno de gente, ahí estaban mis amigos, mi familia. Pero me faltaba alguien, ella, no sé si podré hacerlo.

Recuerdo sus palabras.


-“Eso no es cierto! Escúchame tú puedes hacerlo, tienes que confiar en ti mismo, no olvides que los sueños son solo sueños cuando uno deja de confiar en que se hagan realidad, tienes que luchar por ello y no rendirte, eso sí, te prometo que no estarás nunca solo. ”


Bueno, llega la hora.

Los contrincantes son buenos y rápidos. Nos ganas por 1. Ya es el descanso de la primera parte, dentro de 5 minutos será la segunda. Tengo que confiar en mí. Ahora demostraré todo lo que me he esforzado, esto va por ti Marta. Salí al campo le tocaba sacar al otro equipo, es la hora.

El partido fue duro, hasta me hicieron tres faltas pero metimos dos goles, uno de ellos mío, el del final del partido. Ganamos. No me lo creía estaba todo el mundo felicitándome, pero me faltaba algo. No podía concentrarme.

Por la noche hicimos una gran cena, mi madre mi padre y mi hermano pequeño. BIB BIB. Sonó el teléfono. Me levanté pero mi madre dijo.

-         Lo cojo yo cariño.

-         ¿De verdad?

-         El campeón tiene que descansar- Dijo con una amplia sonrisa

-         Oye Dani, tenemos que cenar con Marta y su madre para agradecerle que te ayudara.- dijo mi padre. Te imaginas que de mayor tú y Marta…

-         ¡Papá!

-         Si se nota que te gusta

No sé por qué, pero me puse rojo como un tomate.

-         A mí no me importaría que fuera mi hierna.

Me puse más rojo

-         A Dani le gusta Marta.

-         ¡Mario! ¿Tú también?

Nunca había pensado así de ella la verdad, y no era malo, me sentía a gusto.

De repente apareció mi madre con el teléfono, llorando como una magdalena, le temblaban los brazos.

-         ¡Mamá! ¿Qué ha pasado?

-         Ha llamado la madre de Marta, ella intent... tó ir al pa...par

-         -Tranquila cariño, relájate

Un mal presentimiento me recorrió el cuerpo.

-Intentó llegar antes al partido, su madre, ella quiso ir en bicicleta en ver de en coche, pe... ro no le dejó entonces, ella escapó con la bicicleta, el semáforo estaba en verde para los peatones, pero un coche que tenía mucha prisa se saltó el semáforo en rojo, ella no podía ver nada con la niebla, lo último que se oyó fue el frenado del camión  y un grito.  La…atropelló. 
Marta está en coma.


MN.


Eres esa clase de persona que consigue hacerte reír antes de que puedas decir ni una palabra. Una persona que puede adivinar lo que le está pasando a alguien con tan solo una mirada, y sabe como aliviar su dolor. Pero siempre habrá un dolor que nunca podrás curar, el de tu propio corazón.

Te quiero .

Al final pude decir que te he querido desde el primer día, pero lo que tu no sabes es cuanto tiempo estuve esperando este momento, cuanto tiempo me costó tomar la decisión de confesarte esto que me está matando por dentro. Si no te lo quieres tomar enserio, bien por ti. Pero ten en cuenta que te estoy abriendo mi corazón, contigo estoy sintiendo cosas que no había sentido nunca. Por lo menos ten la decencia de fingir que lo que te estoy diciendo te importa algo. 
Aunque tú y yo sepamos que es mentira.

Capítulo 2 (: .

CAPITULO 2

Las siguientes horas pasaron muy lentas,  Sociales y Valenciano.  Por fin sonó la sirena.  Y fui con Susana, mi mejor y única amiga. No me llevo bien con el resto, sin contar que se meten conmigo. Me llaman la solitaria porque solo voy con Susana, pero los ignoro, prefiero tener una amiga de verdad a cientos de falsos amigos que por delante me traten como a una reina y por detrás me critiquen.

-         La clase de hoy ha sido aburrida ¿eh?

-         Sí, sobretodo la de Sociales, me encanta la historia pero no como él la expresa. ¿Qué tal te ha salido el examen?

-         Fatal jajajajaja y a ti Marta.

-         Me ha salido bien, solo que los problemas eran algo difíciles.

-         ¿Sólo eso? Eran ¡Imposibles de hacer!

-         Exageras mucho jajaja

-         No, lo que pasa es que tu eres muy lista. – Me dijo con una sonrisa, señalándome la cabeza dijo.

-         Yo no sé como pueden haber tantas cosas ahí. Es como un baúl sin fondo.

-         Jajajajajaja, que va.

Estuvimos hablando un buen rato. Sonó el timbre. Y entré a clase, las siguientes horas, C Naturales, Gimnasia y ciudadanía a última. Por fin tocó la sirena, ya era hora de irse. Cuando todo le mundo se fue, Dani me esperó. Siempre volvíamos juntos, los demás se iban en autobús. Él era el único de su pandilla que no se metía conmigo, me defendía. Sus amigos le preguntaban que como podía ser amigo mío. Pero aun así de ser la chica a la que todo el mundo debía evitar el me hablaba, desde pequeños.

Aunque eso sí, al ser como es, el siempre estuvo en el grupo de los populares. 

En el camino siempre hacíamos lo mismo, comíamos golosinas, él compraba ositos y yo llaves picantes, nos encantaban, así era todos los días. Llegué a mi casa bastante feliz por saber que tenía un amigo así. Nos despedimos con la mano y entré a mi casa. Ésta tarde lo vería otra vez, él siempre venía a que le ayudara con el instituto, a pesar de ser el cañonazo de clase y el capitán del equipo de fútbol, era corto en los estudios, pero los sacaba, con esfuerzo, pero lo hacía. Fui a comer, ese día habían macarrones, me los comí con alegría, le conté mi aburrido día en las clases a mi madre y fui a mi cuarto a seguir leyendo el libro por el que me había quedado. Me puse a hacer los deberes hasta las 4 de la tarde, cuando llegó Dani, tenía que ayudarle con Naturales, la energía, era un tema difícil, me costó que lo entendiese, pero lo hizo. Lo encontré un poco serio.

-         Dani, ¿Te pasa algo?

-         No, no es nada.

-         ¿Seguro?

-         No, de verdad.

-         No me lo creo.- Y le lancé una de esas miradas de pena, que por cierto había heredado de mi madre.

-         Está bien. He discutido con mi padre. La discusión ha empezado porque está todo el día metiéndome presión por el partido del sábado. Todo el mundo espera que ganemos, espera lo mejor de mí,  ayer, en el entrenamiento, lo hice de pena, no me salía nada bien, desconfiaba de mí. Eso es que no valgo para el fútbol. Es que no valgo para nada, para los estudios soy un asco, con la familia también.

-         ¿Pero como se te ocurre esa idiotez? Eres el mejor en fútbol, es capitán del equipo, y vales para profesional, los estudios se te dan bien, lo estás sacando.

-         ¡Con tu ayuda!

-         Pero lo estás haciendo, todos tenemos problemas con la familia. Lo que pasa es que estás perdiendo la confianza en ti mismo. Estás haciendo del fútbol como un trabajo, una orden. Y no como antes, para ti el fútbol tiene que ser divertido, algo que hagas por diversión, porque te gusta.

-         Ya, pero mi padre me está metiendo presión, si no gano, perderá toda la confianza en mí, dejará de estar orgulloso de mí, dejará de quererme. Y no podré hacer realidad mi sueño de ser futbolista.

-         ¡Eso no es cierto! Escúchame tú puedes hacerlo, tienes que confiar en ti mismo, no olvides que los sueños son solo sueños cuando uno deja de confiar en que se hagan realidad, tienes que luchar por ello y no rendirte, eso sí, te prometo que no estarás nunca solo. Vamos a hacer que recuperes la confianza.

-         Tienes razón ¿Como?

-         No lo sé, pero de alguna formal podrás.

Fuimos a la pista de fútbol. Allí el me demostró lo que podía hacer, lo veía serio, desmotivado, sin ganas de jugar. No era el Dani que conocía, el que disfrutaba tanto jugando al fútbol.

-         Muy bien, entonces tendremos que empezar desde el principio. No soy entrenadora de fútbol, pero por lo que sé de mi padre, algo sacaré.

Mi padre es entrenador de fútbol.

-         Primero empezaremos por pasarme la pelota.

-         ¿Estás de broma? ¡ Pero si eso lo hace hasta un perro¡

-         Ya, pero tenemos que ver tu puntería

Estuvimos practicando, se le fue varias veces la pelota, una vez fue a darle y sin querer tropezó y se cayó al suelo, no tocó la pelota. Me reí bastante, aunque estaba mosqueado también empezó a reírse. Éste si que era el Dani que conocía. Seguimos con otros juegos, como recatear, a chutar contra la pared, a meter goles. Lo veía feliz, otra vez. Cuando llegó la hora de irse, nos despedimos y él me dio las gracias por vigésima vez, dijo que quería repetir, y que fuéramos al día siguiente. Era miércoles y faltaba poco para el partido. Los días transcurrieron bastante tranquilos, no se metían mucho conmigo, prácticamente pasaban de mí. El viernes ya era la última hora.

Susana me dijo.

-         Tía, entonces ¿Has quedado con Dani otra vez?

-         ¡Sí! Me encanta pasar tiempo con él.

-         ¿Y no será que te gusta?

-         ¡No!

Cuando oí aquello me sonrojé bastante,  nunca había pensado en Dani de esa forma. Siempre había sido mi mejor amigo, y estar con él sería romper nuestra amistad y si todo acabara mal. Un momento. ¿Se puede saber en qué estoy pensando? Dani es mi mejor amigo, y no vamos a estar juntos. ¡Ay mi madre que creo que me gusta! Aquella tarde la pasé rara, estuvimos practicando el regateo, Dani lo hacía genial como siempre. Entonces me dí cuenta lo guapo que era. Ese rostro tan perfecto, esos ojos, parecía un muñeco. No podía parar de pensar en él, no lo veía igual. Me gustaba, sí y bastante, ¿Por que Susana tendía que haber dicho eso? Se quitó la camiseta y pude ver su torso desnudo, con cada pectoral bien marcado, era perfecto.

Estuve toda la tarde roja.

-         Garfield, ¿Te pasa algo? Llevas toda la tarde en otro mundo, y estás más roja que un tomate.

-         ¡No! No me pasa nada, jaja, no es nada tranquilo.

-         Ay ay que creo que a Garfield le está empezando a gustar alguien. Dime, ¿Quién es?

-         ¡Nadie! ¿Quién me va a gustar?

Me empecé a reír como una loca, me daba miedo a mí misma.

-         Uy, esa risita jajajajaja

-         Ay, no me gusta nadie. Y tú. ¿Hay alguna chica?

Lo dije con una sonrisa, pero en el fondo estaba esperando para saber la presa a la que atacar.

- Nadie jajajaja , de momento, además aun soy joven , cuando termine este curso, me echaré novia. ¡Oye no me cambies de tema!

Me reí, pero en el fondo lo que dijo me entristeció,

-         Pues entonces le diré hasta cuanta edad estuviste comiendo leche del biberón.

-         ¡No serás capaz!

-         Ponme a prueba ¡Já!

-         Entonces yo le diré a tu novio, que te gustaban las barbies hasta el año pasado.

Entonces soltó una carcajada.

-         ¿Sí? Eso ya lo veremos.

Me subí a su espalda y empecé a darle collejas. Al intentar quitarme tropezó y se calló.  Y yo con él. Caí encima de él. Empecemos a reírnos. Entonces de repente hubo un extraño silencio, nuestros labios estaban muy juntos, podía ver el color de sus ojos perfectamente y sus labios, la tentación me podía, cada vez estaba más cerca y.

BIB BIB BIB BIB. El móvil. Era la madre de Dani, decía que era la hora de cenar. Entonces me dí cuenta, estaba encima de él. Me aparté, muy roja. Todo fue muy extraño.


En el partido, Dani hizo unas jugadas espectaculares, e incluso me dedicó un gol. Ganaron, 3-0. Fue uno de los mejores partidos que he visto nunca, se le veía tan lleno de energía.

A la semana siguiente era la final, todavía más presión pero él era fuerte y estoy segura de que lo conseguiría además, me regaló dos entradas para mí y mi madre. Alicia, esa semana decidió tomarla conmigo, pero un día se pasó de la raya.

-         No me extraña que tus padres se divorciaran, con una hija como tú.

Estaba harta de aguantar, entonces me lancé sobre ella y le pegué un guantazo, ella me lo devolvió, nos empecemos a pelear y Dani nos separó. Estaba hecho una furia.

-         ¡Pero ¿Qué coño hacéis?!

-         ¿Has visto lo que me ha hecho Dani?- Dijo Alicia.

-          también he oído lo que le has estado diciendo durante esta semana, te lo mereces.

En ese momento me dí cuenta, de que estaba defendiéndome a mí en ver de a Alicia, que era de su grupo. Podía hasta pelearse con sus amigos por mí. No podía permitirlo.

-¡Puedo cuidarme sola Dani!- Dije.

- Pero solo quería ayudarte.

-Ya, pero no necesito tu ayuda.

En la cara de Dani vi decepción, no podía a ver dejado que él perdiera a sus amigos por mí, me sentiría muy culpable, que el pasara por lo que yo paso.

Vino mi madre a hablar con la directora. Alicia se había inventado muchas cosas. Mi madre estaba decepcionada. Tocaron a la puerta. Me sorprendí al ver a toda la clase, allí detrás de la puerta. Vinieron a contarle la verdad, todo lo que Alicia me estaba diciendo y a disculparse conmigo. El director llamó a los padres de Alicia y ya os imagináis el resto.

Al salir del instituto, vi. a Dani, fui a saludarlo, pero el me trató con indiferencia.

-         ¿Por qué me dijiste que no te ayudara?

-         Porque no necesitaba ayuda.

-         Pero os sino, hubiera sido peor.

-         Ya, pero tus amigos son de la panda de Alicia y no puedo permitir que tú te pelees con ellos por mí.

-         ¿No me digas que era por eso?

-         Sí.

-         Pero a mí me da igual, tú eres mi mejor amiga, me da igual pelearme con quién sea.

-         Lo siento mucho.

-         Baaa no pasa nada Garfield.
Lo miré con cara asesina, pero sin saber como, acabé abrazándolo. Fue un abrazo cálido y correspondido. Me hubiera quedado así para siempre. 

Te amo arriba, te amo abajo, te amo en los buenos momentos, te amo en los malos, te amo en París, te amo en Nueva York, te amo de cerca, te amo de lejos , te amo deprisa, te amo despacio, te amo bajito, te amo muy alto, te amo a la derecha y también a la izquierda, te amo en silencio, te amo gritando, te amo de forma rara, pero a mi manera. Te amo, ¿te ha quedado claro?.

Historia :D


Buenas :D


Pués vereis, voy a poner unos capítulos de una historia que acabo de  empezar y que me encantaría que le echaseis un vistazo y le dierais vuestra opinión. Muchas gracias y un beso muy fuerte :D

Me encuentro perdida, todo está muy oscuro. Hasta donde mi mirada alcanza a ver sólo hay niebla,  derepente aparece de la nada un camino, lo sigo. No consigo ver nada más que el suelo. Oigo un sonido detrás de mí, me giro. Nada, tan solo niebla y oscuridad. Decido retomar mi camino. Parece que veo algo, es como una sombra negra, derepente vuelvo a oír el mismo ruido detrás mía, me doy la vuelta para comprobar y , nada. Cuando vuelvo a mirar al frente, para mi sorpresa esa sombra ya no está. Sigo, entonces, doy un paso y no noto el suelo, retrocedo y me caigo hacia atrás, me acerco y consigo distinguir lo que parece un acantilado, ¿Qué demonios estaría haciendo allí? .Detrás mía siento algo, no me da tiempo a girarme, y de repente, noto como  caigo, En un último intento miro hacia arriba, allí estaba la sombra, con lo que parecía un sonrisa dibujada en su cara.


Todo se vuelve oscuro, y, abro los ojos, me encuentro en mi habitación empapada de sudor, todo había sido una pesadilla, aunque demasiado real. Puedo distinguir los rayos de luz que atraviesan la ventana, entonces miro el reloj. Las 7:30. ¡LAS 7: 30 ¡LLEGO TARDE!. Y encima hoy que tengo

Examen. Mierda mierda, mierda me repito a mí misma una y otra vez, Marta eres tonta. Me levanto y a toda prisa abro el armario, me visto con el uniforme del colegio,  un jersey rojo, y una falda azul a cuadros, similar a una falda escocesa, y por último lo que más odiaba de todo, la corbata, nunca me gustó, tuve numerosas discusiones con mi madre sobre ello, hasta llegué a hablar con el director, me tomó por loca. Me dirigí al aseo, y me recogí el pelo en una coleta alta, con un coletero rosa no hacía juego, yo nunca le había dado importancia, nunca había sido de esas chicas a las que les preocupa más su ropa que ellas mismas. Cogí la cartera y bajé abajo. Allí estaba mi madre preparando su mermelada casera de melocotón, me encantaba, era mi comida preferida. Bueno, después de la lasaña, era una fanática, de pequeña me llamaban Garfield, al principio no me hacía ninguna gracia, ni sigue haciéndome. Ya nadie me llama así, bueno excepto mi queridísimo mejor amigo Dani. Le gustaba Chincharme, siempre fue como aquel hermano mayor que nunca tuve. Aunque siempre me ha sabido animar en los momentos más tristes, es el que más me conoce, nos conocemos desde muy pequeños. Mi madre se dio cuenta de mi presencia


-         Buenos días mamá – dije con prisa-

-         Buenos días cariño, tostadas con mermelada ¿No?

-         Hoy no mamá, llego tarde.

Me volvió a mostrar la mermelada, haciendo que su gran aroma llegara hasta mí, haciendo irresistible el deseo de comérmela.

-¿Estás segura

-Vaaaleee, siempre consigues lo que quieres.

En efecto, siempre lo conseguía, daba igual la forma, pero lo conseguía, empezando por la corbata, al final logró convencerme.

Ella esbozó una sonrisa maliciosa.

-         Pero me lo llevaré para el camino.

-         Vale cariño.

Me disponía a salir de la casa cuando mi madre me paró y me dijo.

-         ¿No irás a salir así no?

-         ¿Así? ¿Cómo?

Me indicó con el dedo mis pies.

-¡LOS ZAPATOS!

Corriendo, subí a mi habitación y me los puse, eran unos zapatos cerrados, a las chicas de mi clase les horrorizaban los zapatos que nos obligaban a poner, a mí me daba igual, eran zapatos.

Bajé, le dí un beso a mi madre y fui directa al garaje de la que saqué una bicicleta, que tenía ya unos cuantos años, la llamaba Lory, ya, era raro ponerle un nombre a una bicicleta, pero es que le había cogido mucho cariño, y quería dirigirme a ella como a alguien más de mi familia, Todos se reían de mí por ello, a mí me daba igual. Eché un último vistazo a mi casa, era un chalet, bastante grande, cuando la compramos, bueno yo todavía no había nacido, estaba en ruinas. Yo y mi madre vivimos solas. Mis padres están divorciados, se querían mucho, pero no convivían bien, discutían con mucha frecuencia, yo tenía unos 9 años, siempre me ponía música a todo volumen con  un mp4 que me regaló mi padre. Cuando se divorciaron, fue un alivio, porque me sentía culpable, sabía perfectamente que mis padres seguían juntos por mí, por mi felicidad, sin tener en cuenta la suya, por eso mis padres quisieron llevarme a un sicólogo, por las posibles consecuencias que eso traería. Pero no me pasaba nada, yo siempre fui muy independiente, era una chica fuerte, aunque me dolió que se divorciaran, no lloré, en cambio en mi vida había llorado, siempre me lo aguantaba, era fuerte. Entonces hablé con ellos y les dije que así estarían felices, y yo sería feliz, y hasta hace poco mis padres eran uña y carne, pero tuvieron una pelea fuerte, tanto que mi padre se mudó de la ciudad, a Segovia. (Soy de Benidorm). Todos los veranos voy allí, a verle. Cuando me quise dar cuenta había llegado a mi instituto, era un sitio muy grande, el IES San Pedro de Benidorm. Era bastante grande, era un complejo compuesto de dos edificios de cuatro plantas y un gimnasio enorme, un auditorio y tres pistas de fútbol sala.. Al final, a pesar de mi retraso, el conserje no había cerrado las puertas. Me dirigí a mi clase, 2º B. Era una

Clase un poco problemática, allí estaban todos los “guays” del instituto.

Me tocaba clase de Matemáticas, con la profesora que todos temían, la Señora Durez. Los chicos de mi clase se metían con ella a sus espaldas cambiando la letra z por la x, pero nadie, absolutamente nadie se ha atrevido a revelarle su “mote”.  Allí vi a Dani, del que os hablé antes, allí estaba, Era alto, rubio, ojos azules y con los músculos bien marcados. Vamos, el sueño de toda adolescente, incluida la antipática y pija de Alicia, la reina del instituto.


-    Buenos días gordo- Lo llamaba así porque era muy glotón.

-         Buenos días Garfield.

Le asesté una colleja.

-¡Ay! ¿Es que siempre vas a hacer lo mismo cada vez que te llame así?

- Ahí le has dado.

- Pues menudos años me esperan.

- Con suerte, te atormentaré durante toda la vida, me mudaré a la casa de al lado, trabajaré en lo mismo que trabajes, iré a las tiendas donde tu compres solo para atormentarte.- Dije mientras ponía una voz malévola.

- Si así es, solo me queda una cosa por hacer.

Cogió un bolígrafo e hizo como si se lo clavara varias veces al cuello.

Solté una gran carcajada. Él hizo lo mismo que yo.

-         ¿Qué es eso tan gracioso?

-         Genial, la que faltaba

-         Hola Alicia. – Dijo Dani con indiferencia.

Alicia siempre ha estado detrás de Dani, ella es la chica más popular del colegio. Ha conseguido llegar a los corazones de todo el instituto menos el de Dani. Eso la ponía echa una furia. La mayor parte de su odio hacia mí era porque tenía más confianza Dani conmigo que con ella, estaba celosa. No era mi culpa, era mi mejor amigo. Una vez incluso quiso pedirme que la ayudara a conseguir a Dani. Claramente le dije que no, me estaba utilizando, y no solo eso, se metía conmigo todos los días.

-         ¿Quieres algo?- Dijo él

-         Pues Dani, el domingo después de la semifinal hay una fiesta y ya sabes que estás invitado.

-Vale.

A él siempre le invitaban a las fiestas. Alicia no le caía bien, pero con tal de  ir a una fiesta con sus amigos.

- Marta a ti no te invito porque sé que dirías que sí

- Déjame en paz.

- Jaja ¡Ay! pobrecita he roto sus sentimientos.

- Que me dejes.

- Uh que agresiva.

- ¡Déjala de una vez!- Dijo Dani

- Vale, vale, pero porque me lo has dicho tú.

En ese momento entró la señorita Durez.