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Gracias

Es bonito saber que tienes a muchas personas a tu alrededor, que todas y cada una de ellas apostaría por ti sin dudarlo ni un solo segundo. Es bonito, sí, pero es mentira.
A lo largo de la vida encontraremos personas y personas. Gente que viene, gente que va, gente que vuelve -o lo intenta- o simplemente gente que aún sigue haciéndose de rogar. Miles y millones de momentos que traen y que se llevan consigo guardados junto al equipaje. Pero, por desgracia, no todos esos momentos serán pura alegría y lo más probable es que no dejen buen sabor de boca. Ellos partirán e irremediablemente será dejando una gran huella a su paso. Sin embargo, esos momentos, esas personas son las que realmente ayudarán a saber qué es lo que quieres en esta vida, cómo lo quieres y con quién -y con quién no- vas a compartirlo. Por eso y por muchas otras cosas, gracias a todos porque aunque no lo hagan por mí, yo sí sé por quién apostar. 

Vueltas y vueltas hasta marearme.

Me gustaría saber que a veces no pienso en ti, que la mayoría de ellas no quiero pensarte. Me gustaría que no aparecieras 12/7 de las 14/7 que en teoría debería ocupar en otras tantas cosas. No es el tiempo que queda sino el que pasa. Impaciencia, nervios, miedo, mucho miedo. Soy un montón de inseguridad y un puñado de anhelo. Por supuesto, todo en vano. También soy muchas noches en el techo de mi habitación y en el suelo de la ducha. Y tú también lo eres, aunque no lo sabes. Y sin embargo.

Aun vivo con la esperanza de que gires la cabeza y notes mi presencia. Con la esperanza de lo hagas realmente. Aun sigo sonriendo cuando hasta el mínimo detalle, ya sea una forma de andar o de mover la cabeza, hace mi cuerpo vibrar. Aun sigues dándome la fuerza que necesito y que no quiero cuando intento rendirme, cuando ya ningún motivo queda. Inconscientemente, claro. No sabes cuanto te odio por ello.

Y sin embargo.
Qué bonita eres. Nuestra mente puede llegar a ser bastante retrógrada. ¿Por qué ella sí y yo no? Quizá es culpa mía. O quizá es la sociedad. Pobre, siempre cargando con la culpa. Hay sentimientos que realmente no pueden ser explicados, aún cuando los sentimos con total intensidas. Y no, no estoy hablando de amor. Bueno, quizás sí pero no hablo del amor de pareja sino de aquél que sólo depende de la persona que controla su pensamiento, o sea, nosotros mismos. El amor propio. ¿Cómo puede una persona débil amarse a sí misma cuando las personas no lo hacen así? ¿Cómo purde comerse el mundo si el mundo intenta comérsela a ella? Es muy duro.

Lunares, pequitas y otras cosas impresionantes.


Hay determinados detalles sobre mi que incluso yo desconocía. Ríes silenciosamente mientras los descubres, los desnudas poco a poco. Veintiseis lunares en mi cuello, cinco pequitas en la mejilla derecha y dos pliegues y cinco arruguitas en ojos y boca que aparecen cuando sonrío. Ante mi sorpresa, crees que actuas como un loco y quizás sea así. Sin embargo, puedes seguir contando conmigo. Quiero que sigas contando(me).